Reptar
Repto por la pared amigable y cálida. Por un instante experimento la sensación de ser un saurio de rojas escamas. Mi belleza -fugaz, efímera- se desprende del cordón umbilical del otoño. Vuelo hacia pequeñas galaxias desvanecida en luz zodiacal. Ancestral inquilina, los muros me invitan a su fiesta de esplendor. Me llaman «Parthenocissus tricuspidata». Yo me reconozco plena de amor maternal.