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Escribir

Por la puerta de la escritura atravieso el umbral del pequeño mundo a un mundo más amplio. En principio fue la lectura. Una anhelante semilla germinó en tierra bien dispuesta. Sin el humus de la lectura no concibo la escritura. Escribo desde el asombro hacia la búsqueda de conocimiento. La palabra convertida en espejo: a veces refleja nítidas imágenes y otras, la luna de cristal se percibe empañada con el vaho de la propia respiración. Fragmentaria, indecisa, osada. La palabra explora más allá de las lindes del lenguaje domesticado y junto a ella avanzo en aventura tan peligrosa como apasionante. “Matty, here is freedom!”, confesó Emily Dickinson a su sobrina. Le creo pero sospecho no saber nada.