E s p e c u l a c i ó n

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Sede de la Fundación María del Villar Berruezo

Sede de la Fundación María del Villar Berruezo

(Fotografía de Ander Cabrero).

30 de agosto de 2021

Una amiga, preciosa, dice que en Tafalla hay una mano negra que todo lo destroza. Lo deshace, lo machaca. Yo me lo creo (a veces). Vi, de niña, demoler la plaza del mercado. Un espacio donde la luz cenital penetraba bañando las verduras y frutas de las huertas; sobre su superficie depositaba una pátina de belleza primitiva, radical. El mercado era lugar de intercambio, convivencia, vecindad. Cada uno de los abigarrados, coloridos y exuberantes mercados de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, México, Marruecos, India o Tailandia, que visité cuando el mundo era redondo y habitable, descargaba en mí una corriente de nostalgia por el desaparecido mercado de nuestro pueblo. A cambio, se nos obsequió con la construcción de un edificio escandalosamente horrible. Ahí mismo, en el centro, para que resulte evidente que el camino de la especulación iniciado en aquellos años es más amplio que las sendas que se acostumbraba a arreglar en hauzolan. El mercado nunca se recuperó. Sólo el valor humano de vendedoras y vendedores redime a esas paredes de su fealdad.
La mano negra derribó el frontón de los jardines. Arrancó con las caterpillars amarillas el «Pinar de los enamorados» para derramar sobre la tierra sagrada (siempre lo es) toneladas de cemento y construir la autopista. La oscura y aviesa mano destruyó el palacio de los reyes de Navarra y más tarde la torre de Ochagavía y más tarde el corral de la Gariposa. No importa si la destrucción ocurrió en el siglo XVII o en el año 2021. La mano sucia de la especulación en aras del progreso siempre está ahí. Enguantada. Camuflada de harina como las patas del lobo en el cuento de los cabritillos. Oculta en vanos argumentos como el bien común o los beneficios de la colectividad. Mentira. Eso se lo tragan los políticos y lo regurgitan a la población con cierta dosis de narcóticos porque la mano negra ha borrado de su conciencia, de su memoria, la palabra e s p e c u l a c i ó n. Detrás de cada derribo, especulación. Se puede escribir de otra manera: expekulazion, por ejemplo, pero significa lo mismo. Especular según la RAE es hacer conjeturas sin tener los datos suficientes. Especulo. No tengo suficiente información, es cierto, pero poseo la intuición de una abeja pecoreadora o de una anaconda en peligro.
Observé sobrecogida la operación «terminator» de las huertas del Ereta. Miles de años de sedimentación de tierras fértiles convertidas en más y más toneladas de cemento. El Zidacos de vez en cuando reivindica su tarea y recuerda a los pobres humanos que polvo somos y en polvo nos convertiremos. No, otra mentira, el río nos dice que somos seres trascendentes, que formamos parte de la Naturaleza y que cuando de ella nos alejamos perdemos sabiduría, instinto, valor, alegría y corazón. Sospecho que ahí está la clave. El dinero importa más que el corazón. El dinero mueve toneladas de tierra. Construye -o destruye- según se mire, ARunos, ARdos, tres, cuatro… Todas las ARs que hagan falta para que el pueblo se quede vacío, lleno de casas viejas con carteles de «se vende», con locales comerciales vacíos, con corazones huecos.
¿Qué quieres, michica, volver a las cavernas? Quiero humanizar la vida. No tener que tirar cientos de libros porque no hay un espacio donde guardarlos. Porque el lugar, pleno de luz (como el viejo mercado) donde se gestaron debe ser demolido por el «bien común». La sombra de la mano negra es un nubarrón; un silo lleno de trigo contaminado con toda clase de herbicidas e insecticidas; la banalidad del mal que con tanta sabiduría definió Hanna Arendt; los perros de su amo servidores de la burocracia, privilegios y prevendas. Es el torturador de perros que escucho algunas tardes y el gemido desgarrado, triste, de los pobres animales que me parte el corazón.
He creído en la cultura y sembrado semillas para que cierta humilde poética de la vida germinara a nuestro alrededor. Sé que este semental de estulticia y avaricia es universal. Tafalla, nuestro pueblo, es especular (de espéculo, espéculum, espejo). Nada más; nada menos.
«Dadme la vida que amo, la hermosa vida que amo», canta el fallecido Rafael Berrio. «La indolencia a orillas del río». Dadmela, dadmela.
Faltan chips, dicen. Peligra el progreso ¿Por qué no cambiamos de chip?
Estoy avergonzada de sentir esta ira ante el derribo de una casa que a lo largo de casi tres décadas ha cobijado nuestros sueños de papel. Creímos y es obvio que perdimos. La mano negra aprieta y aprieta la garganta. Aggggggggg.
(Continuará…)

 31 de agosto de 2021

A veces veo la sombra de la mano negra.
Sucia como humo de neumáticos,
destroza con su palma rígida
la basílica de santa María en un santiamén.
De la noche a la mañana
del vacío brota un gran edificio
y su presencia se impone al puente de la Cuatropea.
La plaza de Navarra pierde su sello aldeano,
la rosaleda del kiosco
y se convierte en un lugar impersonal, estandarizado.
Desaparecen los adoquines de la calle Mayor
y en su lugar, aparecen unas piedras desiguales,
agresivas con los juanetes y callos de las abuelas,
imposibles con los tacones de aguja de las coquetas.
¿Pero qué estás contando, bonita? No lo sé.
Veo manos negras en las nubes, sobre las aguas del canal.
Veo carteles anunciando nuevas construcciones
y veo cientos de cartelicos de «se vende, se vende,
se vende, se vende…».
Casitas pintadas en la cocina

Casitas pintadas en la cocina

 

Balcón

Balcón

 

Armarios

Armarios

 

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Detalle conventual

Capturo con la vieja Olympus
las imágenes de los tesoros que va a tirar la pala:
esas piedras de la fachada pintarrajeadas de un azul divino
esas casitas en la pared de la cocina
ese detalle conventual de la terraza
esos armarios elaborados por carpinteros/ebanistas/artistas
esos libros esos libros esos libros
esas baldosas hidráulicas de colores que invitan a soñar
esa puerta
esa escalera
esos suelos de madera
esa obstinación
esas mentiras
esos argumentos simples
esos nudos esas esquinas esos balcones
miro a través del objetivo de la cámara y veo demasiado.
Suelo de la cocina

Suelo de la cocina

Esos libros

Esos libros

 

Recoletas

Recoletas

 (Continuará…)
La escalera

La escalera

 

Cuartico

Cuartico luminoso

 

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Detalle de la fachada

 

La Fundación

La Fundación

 

Funfdación

El mirador

El mirador

 

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La terraza

 

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Calle Recoletas 7

Calle Recoletas 7

…Y después de más de dos décadas de trabajo en este lugar:

Investigar sobre María del Villar

Investigar sobre María del Villar

 

La "Voz de la Merindad" nos ignora

La «Voz de la Merindad» nos ignora

 

Esperando...

Esperando…

13 de septiembre de 2021

La sede de la Fundación María del Villar Berruezo

La sede de la Fundación María del Villar Berruezo

Un alcalde de un color lo programó.
Otro de otro color, lo ejecutó.
Escuché al poeta Antonio Orihuela recitar algo así:
_ ¿Por favor, la izquierda?
_ Al fondo, a la derecha.
Paisaje urbano sin sede de la Fundación María del Villar Berruezo.

Paisaje urbano sin sede de la Fundación María del Villar Berruezo.