Iris

La flor del iris viste de fiesta a las hadas. En los caminos un poco tristes, su luz violácea destella con música de esperanza. Los reyes se la quieren apropiar como emblema de su sospechosa realeza pero a ella le gustan los lugares humildes y se va extendiendo, por aquí, por allá, como quien no quiere la cosa. Su textura sedosa, su efímero esplendor, su primaveral presencia… ¡Preciosa!