Prólogo de la obra EN VOZ ALTA. NOSOTRAS, POETAS DE LA ZONA MEDIA
Prólogo de la obra
EN VOZ ALTA.
NOSOTRAS, POETAS DE LA ZONA MEDIA
Consuelo Allué Villanueva
Burlada, 14 de noviembre de 2016
Se pueden hacer unos cuantos juegos de palabras leyendo
el título, un título en el que suena con orgullo la «a», vocal
abierta, agradable, primera en la organización de las vocales,
como se sabe, y que solemos vincular al femenino (como
agua, azada, matrícula, sangre, pluma…).
Entre las personas amantes de la poesía, muchas indican
imprescindible leerla, interpretarla como interpretan las músicas
y los músicos las obras, en voz alta. Estemos a solas o
no. En voz alta, por otra parte, no solo porque así se aprecia
el componente sonoro, rítmico, musical de la palabra y de la
creación literaria. Además, porque esta obra, como anuncia
el título, ofrece poemas de un grupo de poetas, mujeres todas
ellas en este caso, de la Zona Media de Navarra.
Nacidas entre 1952 y 1982, en Navarra la mayoría, residen
actualmente en diversos pueblos de la zona media (Liédena
—Pilar Alcolea e Isabel García Hualde—, Aibar —Oihane
Andueza y Tasús Burguete—, Tafalla —Marina Aoiz y Leire
Olkotz—, Lumbier —Blanca Eslava—). Combinan en sus vidas
la creación poética con otras formas de expresión artística,
sea la pintura (Alcolea), fotografía, orfebrería y diseño y edición
de libros (Aoiz), creación plástica y visual (Olkotz), incluso arteterapia
(Andueza), etcétera. La creación poética, simultaneada
en diversos momentos de sus vidas con estas orientaciones de
la creación, siempre la han vivido y la viven de forma activa,
escribiendo y participando en talleres, grupos, revistas…
Diferentes vivencias acercan a estas poetas de la Zona Media,
lo que no supone una pérdida de personalidad individual
(ni en la vida ni en la obra), ni que esto se refleje en una estética
semejante, aunque algunas características las compartan, como
veremos, y en otras sean muy diferentes, como comprobamos
sobre todo al leer los poemas. En general viven, disfrutan, reivindican y necesitan el contacto con la naturaleza, las actividades
artesanales y creativas, y, como algo fundamental en sus
vidas, la poesía. Alguna de ellas concreta que son «mujeres en
el ámbito rural, y desde esta condición nos comprometemos
con el impulso cultural de nuestros pueblos; trascendemos el
perfil de mujer rural ampliándolo a facetas artísticas».
Es importante destacar esta idea de creación poética «en
voz alta» y compartida, contrastada, en coaprendizaje. Todas
ellas —y no necesariamente todas a la vez, claro— han compartido,
impulsado, organizado actividades vinculadas tanto
con la creación literaria —talleres, por ejemplo— como con
la lectura, comentario, crítica de poemas ya escritos que se
analizan y valoran en grupo. Isabel, Blanca y Pilar participan
en el proyecto Conlalunaporsombrero, destinado a promover
la poesía en la zona de Lumbier. También han establecido relaciones
a través del Ateneo Navarro-Nafar Ateneoa, como en
el caso de Tasús e Isabel (sobre todo participando en el Grupo
de poesía Ángel Urrutia). Entre ellas se cruzan y refuerzan
lazos de diferentes actividades, como las relaciones surgidas a
través del Certamen María del Villar y movimientos culturales
de la zona de Tafalla. Se han llevado a cabo encuentros poéticos
en Aibar, quedadas poéticas en Lumbier, que se combinan
con otros movimientos culturales de la zona.
Los poemas que encontramos en esta antología comparten
una serie de características, algo de lo que probablemente
las poetas no son conscientes: realista, reivindicativa,
filosófico-existencialista, no urbanita, no sucia, no esteticista,
y con enfoque positivo, para seguir avanzando. Realista
porque nace de las vivencias propias, y porque la obra de
ninguna de ellas se puede relacionar con poesía esteticista o
«de evasión». No obstante, en cada una de ellas puede haber
un mayor o menor grado de realismo, sin duda, porque
son más explícitas o menos al convertir lo vivido en palabra
escrita. El carácter reivindicativo podemos verlo en algunos
poemas de manera muy clara: «Un día de regalo» (Pilar Alcolea),
«Artemisa» (Oihane Andueza), «Corazón de caucho»
(Marina Aoiz), etcétera. Filosófico-existencialista porque todas
en algún momento se preguntan o reflexionan sobre los
porqués de la vida, para qué: «La estafa» (Burguete), «Niebla.
Reflexiones» (Alcolea), «Agua al olmo» (Andueza).
«En voz alta» y en positivo, añadimos. Porque queda manifiesto
en estos versos de estas poetas, entre otras características,
que apuestan por el optimismo, por vivir, avanzar, crecer,
por una actitud positiva y que se contagie: «sentir la alegría
de / estar vivita y / oleando» («Oleando», de Andueza).
Si reparamos en la forma, comprobamos que renuncian
a la rima y a los versos medidos, y tienden al versolibrismo.
Combinan versos breves y versos largos, incluso en el mismo
poema (Alcolea, Andueza… en general, todas en varios de
sus poemas). Pueden adoptar un tono más reflexivo, como
quien habla o monologa consigo mismo/misma (Alcolea).
También una actitud dialogística muy clara, como en el caso
de Oihane Andueza, que no por casualidad es autora también
de obras teatrales. El diálogo con una misma, o una
parte de una misma, es directo en «Adónde vas sin mí» (Bur14
guete). O con alguien de la realidad, fuera del poema: «Anorexia
» (Eslava Vidondo). O con un tú con el que se puede
identificar cualquier lector: «Corazón de caucho» (Aoiz).
Coinciden también en algunos temas, y en cada caso con
matices, que permiten afirmar que se hallan viviendo plenamente
en este siglo XXI. Encontramos poemas sobre la vida
en los que se subrayan las ganas de vivir, la conveniencia y
necesidad de seguir adelante: sobre la cotidianidad («Cotidivino
» de Andueza), sobre la necesidad de independencia,
autonomía y reafirmación personal («Un día de regalo», de
Alcolea). Algunos otros poemas tienen como tema el amor
erótico, y se manifiesta también la referencia a la libertad:
«Propuesta de amor» (Alcolea), «Endoscopia» y «Pensando
en ti» (Burguete), «Materia emocional» (Olkotz). Además
aparece la reivindicación del respeto a la mujer («Plegaria
a Artemisa» de Andueza) y de la justicia social («Corazón
de caucho» de Aoiz, «Aylan Kurdi» de Eslava), la otredad
(«Adónde vas sin mí» de Burguete), problemas graves de actualidad
(«Anorexia» de Eslava, «Desahucio» de Hualde).Todas, prácticamente, coinciden en la presencia de lo metaliterario en sus versos, la creación —y más concretamente
la creación literaria— como tema: en «Reflejos» Aoiz
juega con los personajes de los cuadros, Burguete compone
«Un poema en el campo», Hualde «Propósito», Olkotz «Cicatrices
de tinta», «Me desparramo en la poesía / y abro las
alas al viento» escribe Alcolea.
En voz alta nos ofrecen una selección de poemas realizada
por cada una de las poetas, siete poetas de la Zona Media
que coinciden, desde diferentes enfoques, principalmente en
dos cuestiones; en que la literatura y la creación poética son
buenas compañeras de viaje, y en una actitud positiva para
vivir, como podemos comprobar:
«Te mereces otra vida:
¿a qué esperas?» (Alcolea, «Un día de regalo»)
«El fin de un viaje es el comienzo de otro» (Andueza,
«Viaje»)
«Debes acallar
a la multitud de voces internas
que susurran palabras como miedo,
peligro o enemigo» (Aoiz, «El viaje»)
«No sé quién descosió el tiempo de mi cuerpo»
(Burguete, «Desnuda y despierta»)
«[manos] Creo que las mías
aún son nuevas
en su estreno
aunque mi piel está reseca» (Eslava, «Cocina de invierno»)
«Todo se quiebra
y renace para perdurar» (Hualde, «Caleidoscopio»)
«Si no mueves ficha nunca sabrás
si habríamos conquistado
la luna» (Olkotz, «Mover ficha»)
Muchos motivos para leer esta obra.