¿No te da miedo viajar sola?

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Herida en hoja de tártago

Herida en hoja de tártago

La vida es un viaje solitario.
Pregúntale al hada Melusina
de qué manera le acechaban
las sombras en el bosque. Que te cuente
sobre aquella relación con Raimondín
y cómo creyó salvarse mediante el amor.
El padre de sus hijos le prometió
respetar su secreta intimidad del sábado.
Sin embargo, transgredió el pacto.
Despechada, desdichada, humillada
vaga Melusina con su cola maldita
con la leche de sus pechos rebosantes
por espacios celestes nada propicios.

Pregúntale a Anna Ajmátova
qué sintió cuando su autoritario padre
le prohibió bajo amenazas
la escritura de un solo poema. Que te cuente
cómo Vladimir Shileiko, con toda parsimonia,
quemaba sus textos en el samovar.

Pregúntale a María Schneider si las lágrimas
derramadas en la película
eran falsas o verdaderas. Que te cuente
cómo Brando y Bertolucci, en el desayuno,
gestaron cómplices la violenta escena de la mantequilla.

La vida es un viaje solitario y las viajeras, dos,
atraviesan los peligros de la noche ellas solas.
Asesinadas a golpes, maltratadas. Que te lo cuenten
Marina Menegazzo y María José Coni.

Infinidad de viajeras apenas logran llegar
a la puerta del supermercado, a la vuelta de la esquina.
En la casa, la comida está insípida, la cama fría,
la camiseta es demasiado ajustada. ¡Tú te callas
porque no tienes ni idea! De hadas y princesas
convertidas a gritos en brujas o en perversas harpías.
No alcanzan el final del trayecto. No son seres de leyenda.
Arrojadas por la ventana, acuchilladas, violadas,
su sangre salpica los poemas de Anna Ajmátova
y este texto doliente por todas las mujeres heridas.

Sangre de las adolescentes controladas
por los artilugios de la vida moderna. Lágrimas.
Las de María sodomizada ante los ojos del mundo
como si se tratara de una obra de arte. La crueldad
hacia las mujeres de ahora y de siempre, la venganza.

La vida es un viaje solitario por caminos inseguros.
Perséfone, Eurídice, Europa, Ifigenia, Niobe, Electra.
Los huesos en el desierto de miles de mexicanas.
Mujeres-botín de guerra. Pequeñas vírgenes codiciadas
vendidas a los proxenetas por sucias monedas.

La vida es un viaje solitario. La libertad acompaña.
Desbrozad, hombres del planeta, los malos hábitos.
Fragüemos de nuevo la historia de la humanidad.
Melusina se baña serena en su tina de madera o mármol
antes de amamantar a su prole. Ríe feliz María
tras el dulcísimo encuentro de la noche pasada.
Ajmátova recorre los países agasajada por sus versos.
María José y Marina regresan cansadas a Mendoza,
con la mochila cuajada de aventuras, y de fotos.

Viajo sola por caminos atractivos. Viajo sola y confiada.
Y si viajo contigo es porque somos amigos,
hijas e hijos de estrellas civilizadas, rayos de luz amorosa.
No me preguntes nunca más si tengo miedo a viajar sola.

Poema publicado en la Antología poética NO RESIGNACIÓN. Salamanca, 2016.